¿Por qué se iban?
Sin duda, los gozoniegos que partieron hacia América buscaban un mejor porvenir. Se iban siendo aún casi niños, reclamados por algún pariente o vecino que ya estaba situado en el nuevo continente. Otros eran enviados por sus padres pues en las caserías no había futuro para toda la prole que las habitaba. Muchos lo hacían para evitar tener que cumplir el servicio militar, en unas condiciones infrahumanas por aquel entonces. Y otros para librarse de una muerte segura en la guerra de África.
Sin embargo, el motivo que impulsó a Ramón "de la Guardada", con tan sólo quince años, a tomar un barco rumbo a Cuba fue distinto...
Ramón Pérez Artime (Casa La Guardada, Santolaya)
Partió con quince años hacia Cuba en busca de su padre, que también se había marchado rumbo al país caribeño y del que no habían vuelto a tener noticias . Ramón nunca consiguió saber nada de la suerte que había corrido su padre, sin embargo encajó bien en la isla y enseguida se estableció en La Habana donde hizo negocios . En una de sus estancias en Santolaya conoció a María Llantada, con la que se casaría para , un poco más tarde, ambos emprender rumbo a La Habana donde formarían una familia. Al término de la segunda Guerra Mundial, Ramón y María deciden volver a su tierra natal y montar una tienda de ultramarinos en Gijón. Aquel negocio, en una España inmersa en plena posguerra, no fructificaría. La familia regresa de nuevo a La Habana," una de las ciudades más moderna y con más adelantos de la época, bellísima". Nos lo cuenta María Rosa, su hija, que nos recibe en la casa que sus padres habían construído al lado de "Casa Borial ", y a la que en 1954, ella junto a su madre y su hermana regresarían definitivamente. Ramón todavía haría algunos viajes más a Cuba antes de quedarse junto a su familia en su tierra natal.
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